Hola, cariño.
Probablemente cuando estés leyendo esto tengas cinco o seis años. O aún mejor, puede que sea yo mismo quien te esté leyendo esto antes de acostarte. Lo primero que te preguntarás es por qué te he llamado Chitico. “Mi nombre es Álex, papá”, seguro que estás pensando.
Quiero contarte por qué te llamamos así.
A los bebés, al nacer y durante sus seis primeros meses de vida, les cuesta mucho enfocar bien la vista y mover los ojos a la vez. Así que parece que bizquean. A tu primita Luna le sucedió lo mismo, ¡es muy gracioso porque no sabíais dónde poner la vista, sobre todo cuando alguien se acercaba mucho a vosotros! 🙂
Partiendo de bizco empecé a llamarte bizcochito. De bizcochito pasé a Chito. Y de Chito a «Chitico», más cariñoso 🙂
Así que, por eso, desde casi tu nacimiento, tu mami y yo te hemos llamado Chitico entre nosotros. «Hoy voy a llevar yo al Chitico a la escuelita» o «¿Qué plan hacemos con el Chitico este fin de semana?» son frases que hemos pronunciado cientos de veces.
Te quiero.